En París pude ver el museo de quai Branly, la gran obra que Jacques Chiraq, como es costumbre en el país, dejó como legado de su mandato (como saben, desde que Mitterrand promovió el Pompidou con gran éxito, se ha convertido en parte de las tradiciones políticas francesas). La verdad es que me resultó bastante decepcionante, una amalgama de cosas más o menos modernas y anecdóticas puestas todas juntas que también más o menos resuelve el programa. ¿Soy yo muy exigente, o la oficina de Nouvel se ha vuelto demasiado fashion victim?. Dejo algunas fotos.
27 octubre 2008
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